The Hobbit
Author
Genre
Subgenre
Language
English
Producer
Year
2007
Rating
Un gran clásico moderno y el preludio a las vastas y poderosas mitologías de El señor de los anillos.
Cuando alrededor de 1930, J. R. R. Tolkien comenzó a escribir El hobbit, hacía ya diez años que trabajaba en el vasto panorama mitológico de El Libro de los Relatos, que más tarde se llamaría El Silmarillion. AsIacute; como esas crónicas tempranas narraban los mitos inmemoriales de la Primera y Segunda Edad, Tolkien pronto advirtió que El hobbit iba ordenándose de algún modo como un relato de la Tercera Edad (Gandalf habla del Nigromante en las primeras páginas), aunque las inesperadas aventuras de un pacífico hombre del campo no parecieran tener mucha relación con las vastas y oscuras mitologías de la Tierra Media. El estilo directo y lineal, con alusiones (que el autor deploró más tarde) a un público infantil, no impide la poderosa irrupción --unas pocas veces en términos de comedia-- de los grandes temas tolkienianos (el poder, la codicia, la guerra, la muerte) que reaparecerían en una dimensión a menudo obviamente épica en El señor de los anillos.
Todos los que aman esos libros para niños que pueden ser leídos y releídos por adultos --escribió C. S. Lewis a propósito de la aparición de The Hobbit en 1937-- han de tomar buena cuenta que una nueva estrella ha aparecido en esa constelación. Para el ojo entrenado algunos de los caracteres han de parecer casi mitopoieicos.
Cuando alrededor de 1930, J. R. R. Tolkien comenzó a escribir El hobbit, hacía ya diez años que trabajaba en el vasto panorama mitológico de El Libro de los Relatos, que más tarde se llamaría El Silmarillion. AsIacute; como esas crónicas tempranas narraban los mitos inmemoriales de la Primera y Segunda Edad, Tolkien pronto advirtió que El hobbit iba ordenándose de algún modo como un relato de la Tercera Edad (Gandalf habla del Nigromante en las primeras páginas), aunque las inesperadas aventuras de un pacífico hombre del campo no parecieran tener mucha relación con las vastas y oscuras mitologías de la Tierra Media. El estilo directo y lineal, con alusiones (que el autor deploró más tarde) a un público infantil, no impide la poderosa irrupción --unas pocas veces en términos de comedia-- de los grandes temas tolkienianos (el poder, la codicia, la guerra, la muerte) que reaparecerían en una dimensión a menudo obviamente épica en El señor de los anillos.
Todos los que aman esos libros para niños que pueden ser leídos y releídos por adultos --escribió C. S. Lewis a propósito de la aparición de The Hobbit en 1937-- han de tomar buena cuenta que una nueva estrella ha aparecido en esa constelación. Para el ojo entrenado algunos de los caracteres han de parecer casi mitopoieicos.